jueves, marzo 12, 2009

ESPERANDO A LAS GOLONDRINAS.



Me senté a esperarlas encima del pozo. Tenemos un pozo, compartido con nuestros vecinos. Lo de tener un pozo me da repelus y de buen grado lo enviaría si se pudiera a algún poblado africano de esos en los que los habitantes tienen que andar 30 kilómetros para coger agua cada día, no es nada justo... tengo dos cosas claras, uno nace afortunado dependiendo de donde nazca y no sabemos lo que tenemos, no se me olvida.
Alrededor de este pozo ha ocurrido de todo, según me han contado, desde intentos de suicidio hasta peleas pasionales entre un par de mujeres por el mismo hombre, que hay que tener ganas de tirarse de los pelos...pero estás cosas pasan y el pozo es testigo mudo de todo cuanto sucede alrededor desde hace muchos años ya, es un pozo sabio. Y ahora que he llegado yo y me han dado la llave que lo abre, lo utilizo para sentarme y leer, para sacar agua a la antigua usanza con cuerda y pozal, para ver mi imagen al fondo distorsionada, para escuchar el eco y para esperar la llegada de las golondrinas...este año no venían, me tenían preocupada. El año pasado hicieron su aparición en febrero y esta vez han llegado con un mes de retraso, será cosa del cambio climático que les trastoca el calendario. Así que allí me quedé embelesada viéndolas planear sobre mi cabeza, escuchando sus peculiares sonidos y sintiéndome una vez más la más privilegiada del mundo, por ser testigo de ese espectáculo,y por un montón de cosas más...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No te alarmes, este año las golondrinas han venido en el periodo anual que les corresponde, el año pasado no fué así debido a un invierno caluroso, lo habitual es que lleguen en marzo (cuando despunta la primavera). Me acuerdo que en mi niñez, en la parte alta de mi casa, las golondrinas entraban y hacían sus nidos en las vigas de madera del techo, mis padres me decían "déjalas, no las molestes, vienen de muy lejos, buscan este lugar para anidar, SON SAGRADAS". Me sentaba y las veía pasar por la azotea de casa, entraban y salían, disfrutaba viéndolas volar como de aviones acrobáticos se tratara, en sus nidos las crias asomaban sus pequeñas cabezas para familiarizarse con el entorno, sus padres no cesaban en su alimentación, crecían, y un buen día como por arte de magia sacaban su cabeza y perdiendo el miedo emprendían el vuelo. Siempre al año siguiente REGRESABAN.

Los Santos Inocentes.

Lorena dijo...

Uy, hola!!!me tienes muerta de risa y de curiosidad...y ya veo que no me sacas de dudas.
¡Qué suerte tener una casa con golondrinas en el techo!. Nosotros tenemos un nido en la leñera que alguien antes de que llegáramos, rompió varias veces, lo cuidamos como oro en paño porque el año pasado tuvimos una huesped especial sacando provecho de él. Son una verdadera obra de arte estos nidos tan trabajados¿verdad?. Este año esperamos su regreso. Ahora como queremos reformar la leñera estamos buscando el modo de poder hacerlo sin estropear el nido, y ya casi tenemos la idea de cómo se puede solucionar para que podamos convivir con la golondrina sin invadir su espacio, porque si, son SAGRADAS.
Gracias por aclararme la época de llegada, no lo tenía nada claro, si estaba mal el asunto el año pasado o era este, sea lo que sea, bienvenidas son. Un abrazo.

Lorena dijo...

Ah!, que no te he dicho nada, precioso tu recuerdo y muy sabio tu padre, gracias por compartirlo.

Lorena dijo...

Ah!, que no te he dicho nada, precioso tu recuerdo y muy sabio tu padre, gracias por compartirlo.